A 50 km/h, tu mejor amigo se convierte en una tonelada de fuerza. Si vas por la Interbalnearia, esto te importa.
Si frenás de golpe, vos te detenés, pero tu perro sigue a la misma velocidad. Sin sujeción, el parabrisas es su única parada.
Un perro de 20kg en un choque equivale a un golpe de casi 1.000kg. ¿Tu arnés de veterinaria aguanta ese peso?
Si el arnés tiene un solo punto largo, tu perro rotará violentamente. El golpe contra el asiento delantero puede ser fatal.
Estabilizar el tórax es la clave. Los sistemas que usan ISOFIX reducen el recorrido y salvan sus órganos internos.
Soportar 2000kg de tensión estática no sirve. En un choque dinámico, las hebillas de plástico se desintegran en milisegundos.
El plástico barato se astilla como una granada. Buscá caniles con zonas de deformación que absorban el impacto por él.
Si usás canil, ponelo contra el asiento trasero. Menos espacio para acelerar significa menos fuerza de impacto.
Muchas marcas mienten. Pedí ver el video del choque con maniquíes. Si no te lo muestran, es porque los resultados fueron malos.
Mirá los ganchos de tu arnés: si parecen de mochila, no sirven para la ruta. Buscá materiales de grado militar.
Un arnés flojo es peligroso. Ajustalo bien: solo deben entrar dos dedos. Tu perro estará seguro, no solo cómodo.
Viajar con tu perro no es solo llevarlo. Es gestionar energía cinética para que un paseo a Rocha no termine en tragedia.
Bajate la guía de equipos certificados y chequeá si tu arnés cumple con la Ley 19.061.