No es que sea terco o desobediente. Es que tus señales son puro 'ruido' para él. Descubrí cómo hablarle para que te entienda.
Para tu mascota, 'sentado' no es un concepto, es una frecuencia sonora. Si cambiás el tono o la duración, la señal desaparece por completo.
Nuestra cadencia al hablar y el uso del 'vos' crean sonidos específicos. Elegí comandos con consonantes fuertes que destaquen en una charla.
Los perros son expertos en lenguaje corporal. Una seña clara con la mano siempre le ganará a un grito en medio del viento de la costa.
Si usás la mano y la voz al mismo tiempo desde el primer día, tu perro solo registrará una. Aprendé a separar para que ambas funcionen.
Palabras cortas como 'Sitz' o 'Out' tienen consonantes que no se pierden. En español, asegurate de que cada comando suene totalmente distinto.
Si decís 'sentado' tres veces, le enseñás que puede ignorarte las primeras dos. La señal se 'envenena' y pierde todo su valor.
¿Te hace caso solo cuando ve el plato de comida? Eso no es obediencia, es contexto. Probá tus señales en lugares nuevos para ver si realmente entiende.
Si siempre tocás tu bolsillo antes de llamarlo, tu perro está leyendo tu mano, no tu voz. Limpiá tus movimientos para que la palabra mande.
Practicar en casa es fácil. El desafío es que te entienda con olor a asado y otros perros cerca. Generalizá la señal en entornos ruidosos.
Un 'llamado de emergencia' debe ser único y potente. Usalo solo cuando sea vital, como cerca del tránsito pesado en la avenida.
El entrenamiento no se trata de dominar, sino de construir un puente lingüístico sin grietas. Cuando tus señales son claras, el estrés desaparece para los dos.
Leé la guía completa para elegir los mejores comandos y transformar la relación con tu mascota hoy mismo.