La mayoría de los dueños solo toca la superficie. Mientras tanto, cerca de la piel, se forman nudos 'piedra' que terminan en un rapado obligatorio.
En el clima húmedo de Uruguay, el pelo muerto se pega a la piel y crea un fieltrado compacto. El cepillado común no llega ahí abajo. Necesitás ir más profundo.
Los profesionales lo llaman 'line brushing'. Se trata de abrir el pelo hasta ver la piel en cada pasada. Si no ves la piel, no estás desenredando nada real.
El pelo seco genera estática y se quiebra. Usá un spray desenredante o bruma hidratante. Es el escudo que protege la cutícula del pelo de tu mascota.
Olvidate del peine de súper. Necesitás una carda de cerdas metálicas firmes pero flexibles. Es la única herramienta capaz de llegar a la raíz del problema.
Empezá por la base de las patas. Levantá el pelo con una mano y cepillá hacia abajo solo una pequeña línea. Trabajá centímetro a centímetro, sin apuro.
Al bajar la siguiente capa, asegurate de que el cepillo pase a través de ella hasta unirse con lo que ya cepillaste. Es como pintar: las capas deben solaparse.
¿Pensás que terminaste? Pasá un peine de metal desde la raíz. Si se traba en cualquier punto, todavía hay un nudo escondido esperándote.
Tironear causa dolor y trauma. Usá la esquina de la carda para 'picar' el nudo de afuera hacia adentro. Si está pegado a la piel, mejor llamá a un experto.
Bañar a un perro con nudos es sellar su destino al rapado. El agua aprieta el fieltrado y lo vuelve una piedra. Cepillá por capas SIEMPRE antes de mojarlo.
Si a tu perro no le gusta, usá refuerzo positivo. Dos minutos de cepillado y un pedacito de queso. El objetivo es que disfrute el proceso tanto como vos.
El cepillado por capas permite que la piel respire y evita infecciones. No es solo para que se vea lindo; es para que tu perro viva sin el dolor de los tirones constantes.
Mirá la guía completa con las herramientas recomendadas para Uruguay y evitá sorpresas en la peluquería.