A 60 mph, un perro de 50 libras golpea con la fuerza de 1,500 libras. Un arnés común no lo detendrá. La física no perdona.
En Walmart o Amazon verás etiquetas de 'probado en choques'. Pero en EE. UU. no hay leyes federales que regulen estas pruebas para mascotas. Muchas marcas mienten.
La fuerza del impacto aumenta al cuadrado de la velocidad. Un frenazo en la highway convierte a tu mejor amigo en un peligro para todos los pasajeros.
Es la distancia que el perro vuela antes de que el arnés lo detenga. Si la correa es muy larga, el impacto contra el asiento delantero será fatal.
Si el punto de anclaje está muy arriba, el cuerpo del perro girará violentamente. Esto causa traumas severos en la columna que un arnés barato no evita.
Si las hebillas parecen de mochila escolar, fallarán. Busca acero forjado o cierres tipo 'nesting' usados en escalada profesional.
Un arnés flojo causa el 'efecto látigo'. El ajuste perfecto solo permite pasar dos dedos entre la cinta y su cuerpo. Ni un milímetro más.
Las transportadoras de plástico comunes se astillan en trozos afilados. Opta por aluminio de doble pared o polímeros diseñados para absorber energía.
No confíes solo en el cinturón de seguridad para cajas grandes. Usa los puntos de carga (Tie-down points) del vehículo para una sujeción real.
¿Tu perro mordió el arnés? Su integridad bajó un 50%. Revisa costuras e hilos sueltos cada seis meses. Un hilo roto es un sistema fallido.
En estados como NJ o RI, puedes ser citado por maltrato animal si tu perro va suelto. No arriesgues tu bolsillo ni la vida de tu mascota.
La seguridad en el coche no es cuestión de comodidad, es gestión de energía. Un equipo certificado es la única barrera entre un susto y una tragedia.
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