Dice 'pollo' primero, pero la realidad es otra. Tu mascota podría estar comiendo más rellenos de los que crees.
Las marcas dividen un solo ingrediente barato en varios nombres. Así, la carne 'salta' al primer lugar por peso, aunque no sea el componente principal del tazón.
Si el maíz total pesa 40 lbs y el pollo 20, dividen el maíz en tres tipos de 13 lbs. ¡Pum! El pollo ahora aparece mágicamente como el líder de la lista.
Si ves 'fibra de guisante', 'proteína de guisante' y 'harina de guisante' juntos en los primeros puestos, te están ocultando la verdadera cantidad de vegetales.
El pollo fresco tiene 75% de agua. Al procesarse para croquetas, ese peso desaparece. Lo que queda de proteína real es mucho menos de lo que pagaste.
A diferencia de la carne fresca, la 'harina de pollo' es proteína concentrada. Irónicamente, suele aportar más nutrientes reales por cada dólar invertido.
Analiza los primeros cinco ingredientes como un equipo. Si la carne es el primero, pero los otros cuatro son granos, tu mascota está comiendo cereales.
Huye de términos vagos como 'grasa animal'. Busca especificidad como 'grasa de pollo'. La transparencia es la clave para una digestión sana.
Ya sea en Costco, Amazon o Petco, las tácticas son las mismas. Tú tienes el poder de leer más allá de las fotos bonitas del empaque.
Si ya tienes la bolsa, no la tires. Complementa con comida fresca como huevos cocidos o carne magra. Nutrición real sin romper el presupuesto.
Busca etiquetas con listas cortas y orígenes claros. La salud a largo plazo de tu compañero empieza en el pasillo de la tienda.
Esto no se trata de evitar los granos, sino de exigir honestidad. Tu inversión en su bienestar debe basarse en datos reales, no en trucos de marketing.
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