Creer que debe interactuar con cada perro en el Malecón es el camino directo a la reactividad por frustración. La solución es la neutralidad.
Permitir saludos constantes enseña a tu cachorro que cada perro es una señal de alta energía. Si un día no puede acercarse, la excitación se volverá ladridos y tirones.
La verdadera meta es que el entorno sea 'ruido blanco'. Tu perro debe ver transeúntes y otras mascotas en San Borja sin sentir la necesidad de interrumpir su marcha.
¿Tu perro se congela al ver a otro? Estás muy cerca. Encuentra la distancia donde aún pueda mirarte y retrocede si pierde el control. La distancia es tu mejor amiga.
Espera a que note la distracción. En el segundo exacto en que te mire voluntariamente, marca con un '¡Muy bien!' y premia. Estás premiando su decisión de ignorar.
En calles con ruidos y olores, necesitas premios de alto valor. Trocitos de hígado o charqui para perros funcionan mejor que las galletas secas habituales.
Si alguien pide acariciarlo, responde: 'Lo siento, estamos entrenando'. Priorizar la paz mental de tu cachorro es más importante que complacer a un extraño.
En distritos con perros sin correa, la neutralidad es seguridad. Si tu perro sabe enfocarse en ti, podrás alejarte de situaciones peligrosas sin confrontaciones.
No necesitas horas. 15 minutos de práctica intensa de neutralidad cansan más que una hora de juego descontrolado. Respeta su fatiga mental.
¿Se lame el hocico o bosteza mucho? No es sueño, es estrés. Aprender a leer estas señales te dirá cuándo es momento de ir a casa y descansar.
Si falla y ladra, no jales la correa. El castigo asocia el dolor con el otro perro. Simplemente crea distancia y vuelve a intentarlo desde más lejos.
La verdadera socialización no es una fiesta, es una maratón de calma. Un perro neutral es un compañero que puede disfrutar contigo de cualquier café pet-friendly en Lima.
Obtén el protocolo paso a paso para entrenar la neutralidad y la lista de los mejores snacks para usar en la calle.