En casa es un ángel, pero en la calle parece que hablas otro idioma. No es terquedad, es un error en el "código" de tus señales.
Tu perro procesa gestos casi al instante. Las palabras requieren un filtro mental extra. Si agitas las manos mientras hablas, solo generas confusión.
Establece una señal visual clara, como cerrar el puño, antes de decir una sola palabra. Esto reduce la fatiga cognitiva de tu mascota y acelera el aprendizaje.
¿Usas 'Sienta' y 'Suelta'? Para él suenan casi igual. La confusión fonética es la causa número uno de fallos en el entrenamiento urbano.
Cambia el 'Ven aquí, chiquito' por un 'Ven' seco y claro. Menos es más. Tu perro no entiende sintaxis, solo reconoce patrones de sonido específicos.
Di la palabra, espera medio segundo y luego haz el gesto. Esa pausa obliga a su cerebro a predecir, logrando que finalmente entienda solo la palabra.
En lugares como el Parque Kennedy, el ruido tapa tu voz. Ahí es donde un gesto claro se convierte en un salvavidas para que tu perro te entienda.
Si dices 'Ven' solo para bañarlo o regañarlo, la palabra ahora significa 'algo malo pasará'. Él dejará de responder para protegerse.
Si una señal ya no funciona, no la fuerces. Empieza de cero con una palabra nueva como 'Aquí' o 'Touch' y asóciala con premios increíbles.
No esperes éxito frente a un olor a anticucho si no lo dominas en tu sala. Sube la distracción poco a poco: casa, pasillo y luego el parque.
¿Hizo lo que pediste? Tienes máximo 2 segundos para premiar. Si tardas más, él no asociará el premio con su buena conducta.
Entrenar no es dominar, es diseñar un lenguaje compartido. Con señales claras, tu perro será más libre y feliz incluso en el caos de la ciudad.
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