Permitir que tu perro interactúe con cada desconocido en la calle es la receta perfecta para un adulto reactivo y frustrado.
En México creemos que un perro socializado es el que juega con todos. Error. Eso crea una expectativa de contacto que se convierte en ladridos cuando le dices que 'no'.
La verdadera meta es la neutralidad. Que tu perro vea el mundo pasar sin sentir la necesidad de ser el protagonista de cada encuentro.
Premia el momento exacto en que tu cachorro mira a otro perro y, por voluntad propia, vuelve a mirarte a ti. Ese micro-momento es oro puro.
Busca lugares con distracción media. Esperar fuera de un OXXO o un BBVA es ideal para practicar que la gente pase sin que él pierda la calma.
En entornos difíciles como un tianguis, las croquetas no bastan. Usa pechuga de pollo o trozos de jamón para que tú seas más interesante que el entorno.
En México la gente es muy afectuosa. Debes ser firme: 'No lo acaricie, estamos entrenando'. Proteger el espacio de tu cachorro es tu prioridad número uno.
Son distracciones de alta intensidad. Si detectas ladridos desde una casa, premia a tu cachorro por seguir caminando junto a ti sin entrar en pánico.
Si tu perro ya está ladrando, estás demasiado cerca. Retrocede hasta el punto donde él pueda verte y aceptar un premio. El aprendizaje requiere calma.
No lo regañes. Los tirones de correa solo asocian el miedo con el otro perro. Simplemente aumenta la distancia y recupera la conexión en un lugar más tranquilo.
80% de tus paseos deben ser de neutralidad y solo un 20% de juego controlado con perros conocidos. Así evitas crear un adicto a la adrenalina.
No estás entrenando a un perro antisocial. Estás criando a un perro con inteligencia emocional que puede acompañarte a cualquier terraza o café sin estrés.
Descubre los protocolos exactos y los mejores lugares en México para entrenar la neutralidad de tu cachorro hoy mismo.