No es falta de ejercicio físico, es hambre de información. Deja de contar kilómetros y empieza a contar olores.
Mientras ustedes ven colores, su perro "ve" capas de historia. Olfatear activa áreas cerebrales que el ejercicio físico intenso ni siquiera toca.
20 minutos de olfateo intenso equivalen a una hora de caminata rápida. Están cansando su mente, no solo sus patas.
Afuera de un Soriana o en el parque, esa jardinera es su "periódico". Quién pasó, qué comió y qué tan estresado estaba otro perro.
El olfateo profundo reduce el cortisol. Es la forma más natural de bajar la ansiedad tras un día encerrado en el departamento.
En los paseos de descompresión, el perro manda. Ustedes solo son su ancla de seguridad mientras él decide hacia dónde ir.
Cambien la correa corta por una de 3 a 5 metros y usen pechera en 'Y'. Denle espacio para moverse sin tirones en el cuello.
Salgan antes de que el OXXO se llene. Menos ruido y gente significan un lienzo de olores más claro para su nariz.
Si cerca de un tianguis se pone loco, el lugar es demasiado. Busquen calles cerradas donde pueda poner la nariz en el suelo sin miedo.
Si su perro "olvidó" cómo ser perro, esparzan premios en el pasto. Activen su instinto rastreador y vean cómo cambia su actitud.
Un perro que olfatea afuera es un perro que duerme adentro. Notarán la diferencia en su calma apenas crucen la puerta de regreso.
Olfatear no es un lujo, es una necesidad biológica. Menos kilómetros y más descubrimientos harán a su perro mucho más feliz.
Descubran la guía completa para transformar la ansiedad de su perro en calma total con estos consejos.