No esperes a que cojee o deje de comer. Tu revisión semanal de 10 minutos puede salvarle la vida y evitar urgencias costosas.
No lo inspecciones tras correr por el Retiro. Busca calma post-siesta. Usa una mesa estable y premios de calidad para que adore este ritual semanal.
Deben estar brillantes y sin manchas rojas. Si ves el 'tercer párpado' (una telilla blanca), algo no va bien. Desliza para revisar sus oídos.
Un olor dulce o restos como 'posos de café' indican infección o ácaros. Un chequeo vital en zonas húmedas del norte de España.
Presiona su encía hasta que blanquee. Si tarda más de 2 segundos en volver al rosa, es una alerta roja de salud. ¡Llama al veterinario!
Desliza tus manos por su lomo y abdomen. ¿Sientes las costillas pero no las ves? Es su peso ideal. El abdomen debe estar blando, sin tensión.
Toca bajo su mandíbula y tras sus 'rodillas'. Si notas un bulto como un guisante que antes no estaba, anótalo. La detección precoz lo es todo.
El pelaje refleja la nutrición. Busca puntos negros en la piel: si al mojarlos manchan de rojo, son restos de pulgas tras un paseo por el campo.
En verano, el suelo español es un peligro. Revisa grietas en sus almohadillas y busca espigas entre los dedos. Son auténticos puñales.
Flexiona suavemente sus patas. Si retira la extremidad con brusquedad o notas calor en la articulación, podría ser inicio de artrosis.
No entres en pánico ni mediques por tu cuenta. Mide el bulto con una moneda de 1€, apunta su dureza y pide cita en tu clínica de confianza.
Es tu lenguaje secreto con él. Tú conoces su cuerpo mejor que nadie. Detectar hoy un cambio sutil es regalarle años de vida y salud mañana.
Descarga la ficha de salud semanal y aprende los signos de alarma que todo dueño en España debe conocer.