Si la regla de los 7 días ha fallado, deja de mezclar. Podrías estar inflamando su intestino sin saberlo. Aprende el protocolo de reinicio.
Muchos dueños en España se atascan al llegar a la mitad de la mezcla. La microbiota de tu perro se satura porque el nuevo ingrediente supera su capacidad de proceso inmediata.
Pasar de un pienso básico a uno premium exige un esfuerzo extra al páncreas. Si el ritmo es muy alto, los nutrientes llegan al colon sin digerir y causan problemas.
Ante la primera señal de malestar o heces líquidas, PARE. Vuelve al 100% del alimento anterior de inmediato. No sigas forzando la mezcla actual.
No des ni un paso adelante hasta que sus heces sean firmes durante 3 días seguidos. La prisa es tu peor enemiga en la salud de tu mascota.
Ante irritación fuerte, usa la dieta blanda: arroz muy cocido y pechuga hervida sin sal. Es el 'reset' casero que su estómago necesita para calmarse.
Si se rasca o tiene los ojos rojos, analiza los ingredientes (pollo, buey). Pero si solo es diarrea, lo más probable es que su cuerpo necesite más tiempo.
Para razas sensibles como el Pastor Alemán, una semana no basta. Extiende la transición a tres semanas para permitir que su flora intestinal se adapte sin estrés.
Si el cambio se estanca al 50%, retrocede un poco y avanza con dosis mínimas. A veces un simple 5% de diferencia marca el éxito de la transición.
Añadir bacterias beneficiosas durante el cambio facilita la colonización del intestino. Es tu mejor aliado si el cambio coincide con periodos de estrés.
Mudanzas o visitas en casa alteran su digestión. Si hay mucha actividad en el hogar, pospón el cambio de comida hasta que vuelva la rutina diaria.
Tu perro no es una máquina. La clave del éxito no es qué marca compras, sino cómo de respetuoso eres con sus tiempos biológicos. Mira su cuenco, no el reloj.
Descubre el calendario exacto de 21 días y los trucos para perros con estómagos sensibles en nuestra guía completa.