Ese primer ingrediente que ves en el saco de Mercadona es puro marketing. Te están vendiendo cereales a precio de solomillo.
Los fabricantes rompen un ingrediente barato como el maíz en tres nombres técnicos. Así, la carne parece ganar, pero los cereales mandan en peso real.
En la UE, la lista va por peso. Al dividir el maíz, cada parte pesa poco y baja en la lista. Sumadas, suelen ser el 60% del saco.
El pollo fresco es 70% agua. Al cocinar la croqueta, el agua se evapora. Tu '20% de pollo' se reduce a un escaso 5% de proteína real.
A diferencia de la carne, el maíz o los guisantes ya están secos. Su peso no baja al procesarse. Al final, tu mascota come mayormente hidratos.
Si ves harina de maíz, gluten de maíz y sémola en la misma etiqueta... ¡Alerta! Es un caso claro de división para engañar al consumidor.
No te fíes solo del 'Grain Free'. A veces sustituyen el trigo por fibra, harina y almidón de guisante. Es la misma trampa, distinto perro.
Suma proteína, grasa, humedad y cenizas. Resta eso de 100. La cifra que falta son los carbohidratos que la marca no quiere que veas.
¿Pelo apagado? ¿Heces blandas? Los rellenos baratos pasan factura. Si el pienso se vende como premium pero tu perro está flojo, la etiqueta miente.
No tires el saco de Tiendanimal hoy mismo. Los cambios de dieta en España deben ser lentos: entre 7 y 10 días para evitar problemas digestivos.
Elige marcas que agrupen ingredientes y usen 'carne deshidratada'. Ahí el peso es real y honesto desde que lees el primer ingrediente.
La industria quiere que veas el filete en el envase, pero la salud de tu compañero depende de lo que hay tras los nombres técnicos. Sé su mejor aliado.
Descubre la lista completa de ingredientes trampa y cómo calcular el carbohidrato real en nuestra guía completa.