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Paseos de descompresión: La biología del olfato frente a la distancia

Descubre por qué los paseos de descompresión y la estimulación olfativa son más beneficiosos para la salud mental de tu perro que caminar largas distancias.

Kylosi Editorial Team

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Pet Care & Animal Wellness

26 dic 2025
6 min de lectura
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Perro Shiba Inu con correa olfateando el suelo cubierto de musgo en un bosque soleado con una mujer sonriendo al fondo.

Para muchos dueños de perros en España, el éxito de un paseo se mide en kilómetros recorridos o en lo cerca que el animal camina de nuestra pierna. Sin embargo, la ciencia veterinaria moderna sugiere que estamos ignorando la necesidad biológica más crítica de nuestros compañeros: el olfato. Los paseos de descompresión son una herramienta fundamental para regular el sistema nervioso canino, permitiendo que el perro explore su entorno a su propio ritmo. A diferencia del ejercicio físico intenso, que puede elevar los niveles de adrenalina, el acto de olfatear activa áreas del cerebro vinculadas al placer y la relajación. En este artículo, analizaremos por qué priorizar la calidad sensorial sobre la cantidad de pasos es la clave para un perro equilibrado y feliz en nuestro hogar.

La neurobiología del olfato canino

El cerebro de un perro es, en esencia, una máquina de procesar olores. Mientras que los humanos dependemos principalmente de la vista, los perros dedican aproximadamente una octava parte de su cerebro exclusivamente al análisis olfativo. Cuando un perro realiza paseos de descompresión, está procesando una cantidad ingente de información química que nosotros ni siquiera podemos imaginar. El bulbo olfativo canino es proporcionalmente cuarenta veces mayor que el nuestro, lo que les permite 'leer' el entorno como si fuera un periódico detallado.

Fomentar que el perro use su nariz no es solo un entretenimiento; es una necesidad cognitiva. Al procesar olores, el perro utiliza el córtex cerebral de una manera que el simple movimiento físico no logra. Esta actividad mental consume mucha más energía que correr, lo que explica por qué muchos perros terminan más cansados tras veinte minutos de olfateo intenso que tras una hora de caminata rápida por el asfalto. Es, literalmente, un entrenamiento de alta intensidad para su cerebro.

Primer plano de un Golden Retriever olfateando flores silvestres amarillas y moradas en un prado soleado con rocío matutino.

Cortisol y dopamina: La química de la calma

La diferencia biológica entre un paseo de obediencia estricta y los paseos de descompresión radica en la respuesta hormonal. Durante un paseo con la correa corta y tensión constante, el perro puede experimentar niveles elevados de cortisol, la hormona del estrés, especialmente si se siente frustrado por no poder explorar. En cambio, el acto de rastrear y olfatear libera dopamina, la hormona asociada con el sistema de recompensa y el bienestar.

Estudios recientes han demostrado que la frecuencia cardíaca de los perros disminuye significativamente cuando se les permite olfatear libremente. En España, donde la vida urbana puede ser ruidosa y estresante (pensemos en el bullicio de calles comerciales o terrazas), ofrecer estos momentos de 'desconexión química' es vital. No se trata de cuántos metros avanzamos, sino de cuántas moléculas de olor permitimos que procesen para reducir su reactividad ante estímulos externos como coches o ruidos de obras.

Perro Beagle tricolor olfateando la hierba alta en un prado soleado durante la hora dorada.

Cómo estructurar el paseo de descompresión perfecto

Para implementar correctamente los paseos de descompresión, debemos cambiar nuestro equipo y nuestra mentalidad. En lugar de la típica correa corta de ciudad, se recomienda utilizar una correa larga de entre 5 y 10 metros, que puedes encontrar en tiendas especializadas o secciones de mascotas de centros como El Corte Inglés. El objetivo es que el perro no sienta tensión y pueda elegir su dirección. Busca entornos con 'baja densidad de estímulos', como las afueras de los parques, zonas rurales o incluso áreas industriales poco transitadas durante el fin de semana.

El papel del humano en estos paseos es el de un acompañante pasivo. Deja que el perro decida cuánto tiempo se queda en un mismo punto; si quiere pasar cinco minutos analizando un árbol, permíteselo. En España, tenemos la suerte de contar con rutas naturales increíbles, desde las dehesas hasta senderos costeros, que son escenarios ideales para esta práctica. Evita dar órdenes de obediencia como 'junto' o 'siéntate' a menos que sea estrictamente necesario por seguridad, permitiendo que el perro entre en un estado de flujo mental.

Perro mestizo de pelo duro con correa olfateando raíces de árboles cubiertas de musgo en un bosque soleado con una mujer al fondo.

Resolución de problemas comunes en el entorno urbano

Realizar paseos de descompresión en entornos urbanos españoles presenta desafíos únicos, como la presencia de basura o restos de comida en las aceras. Muchos dueños temen que dejar que el perro olfatee libremente resulte en la ingesta de algo peligroso. Para solucionar esto, es vital trabajar de forma paralela un comando de 'suelta' o 'deja' muy sólido, y estar siempre atentos de forma visual sin interferir con la correa. Si tu perro es extremadamente reactivo a otros perros, elige horarios de baja afluencia, como a primera hora de la mañana o durante la hora de la siesta.

Si notas que tu perro se obsesiona demasiado con un rastro y empieza a mostrar signos de sobreexcitación (como jadeo excesivo o lloriqueos), es una señal de que debes intervenir suavemente y cambiar de zona. El paseo de descompresión debe ser relajante, no frustrante. Si el entorno es demasiado estimulante y no puedes desplazarte a la naturaleza, puedes crear 'mini-estaciones' de olfato escondiendo premios saludables (como snacks naturales que venden en Mercadona o tiendas especializadas) entre el césped de un parque tranquilo.

Correa larga de adiestramiento naranja para perros enrollada sobre hierba húmeda con un golden retriever desenfocado al fondo durante el amanecer.

FAQ

¿Sustituye el paseo de descompresión al ejercicio físico?

No totalmente, pero lo complementa de forma superior. Mientras que el ejercicio físico mantiene los músculos sanos, el paseo de descompresión es el 'ejercicio cardiovascular' para el cerebro, siendo a menudo más efectivo para cansar a un perro inquieto que una carrera larga.

¿Con qué frecuencia debo realizar estos paseos?

Lo ideal es realizar al menos uno al día, o un mínimo de 3 a 4 veces por semana. Si vives en un centro urbano muy estresante, estos paseos son aún más necesarios para compensar la sobreestimulación de la vida diaria.

¿Es mejor usar arnés o collar para estos paseos?

Se recomienda encarecidamente un arnés en forma de 'Y' que no limite el movimiento de los hombros. Al usar correas largas, el arnés evita posibles lesiones en el cuello si el perro decide realizar un movimiento brusco para seguir un rastro.

Primer plano de manos sujetando una correa de cuerda para perro en un parque con un golden retriever sentado al fondo sobre el césped al atardecer.

Conclusión

Priorizar la biología del perro sobre nuestras expectativas humanas de lo que debe ser un paseo es un acto de respeto y cuidado. Los paseos de descompresión no son un lujo, sino una necesidad fisiológica que previene problemas de comportamiento, reduce la ansiedad y fortalece el vínculo entre el dueño y la mascota. Al permitir que su nariz guíe el camino, les estamos dando la libertad de ser perros en un mundo diseñado para humanos. Si observas que a pesar de estos cambios tu perro sigue mostrando niveles altos de estrés o agresividad, te recomendamos consultar con un etólogo o educador canino profesional en España. Recuerda: en el mundo canino, a veces ir más despacio es la forma más rápida de alcanzar el equilibrio emocional.