Lo que para usted es una fragancia relajante, para su mascota en casa puede ser una amenaza invisible y mortal.
Los difusores lanzan partículas que su mascota inhala y, al lamerse el pelaje, termina ingiriendo. Es una doble dosis de riesgo para su salud.
A diferencia de nosotros, los gatos no tienen la enzima para procesar fenoles. Aceites como canela o menta se acumulan en su hígado sin salida.
En ciudades como Quito, cerramos todo por el frío. Sin ventilación, los vapores tóxicos se concentran en niveles peligrosos en pocas horas.
Muchos aceites vendidos en mercados locales como 'ecológicos' contienen solventes químicos que triplican la toxicidad para sus mascotas.
Las velas baratas liberan benceno y tolueno. Su perro, al respirar más rápido y estar cerca del suelo, recibe el mayor impacto de estos tóxicos.
¿Cree que el incienso es mejor? Es peor. El humo denso irrita sus pulmones y es causa común de asma felina y bronquitis canina.
Si su mascota estornuda, tiene ojos llorosos o camina como 'ebria' cuando usa aromas, su cuerpo está intentando protegerse de un irritante.
Si nota síntomas, apague todo y ventile. Si en 15 minutos no mejora, corra al veterinario. La oxigenoterapia puede salvarle la vida.
Cambie a velas de cera de soja o abeja con mechas de algodón. Y siempre mantenga una corriente de aire cruzada para renovar el ambiente.
Si ha usado difusores a diario, pida un examen de sangre a su veterinario. El daño hepático es silencioso pero detectable a tiempo.
Tener un hogar con buen olor no debe costar la salud de quienes no tienen voz. El bienestar real empieza por un aire limpio para todos.
Vea la lista completa de aceites prohibidos y aprenda a purificar su hogar de forma segura.