Para cuando un perro o gato muestra dolor, suele ser una emergencia costosa. Aprende el examen de 10 minutos que salva vidas.
Presiona su encía hasta que blanquee. Si el color rosa no vuelve en 2 segundos, tu mascota podría estar deshidratada o con problemas de circulación.
¿Nariz seca? No siempre es fiebre. Pero busca costras o secreción espesa. Esas son alertas rojas inmediatas bajo el sol de Quito o Guayaquil.
Huele de cerca. Un olor fuerte o secreción como 'posos de café' significa infección o ácaros. Nunca uses cotonetes; podrías lastimar su tímpano.
Revisa la parte blanca (esclerótica). Si está roja o amarillenta, hay un problema interno. Es crítico en razas como Pugs o Bulldogs.
Toca bajo su mandíbula y tras sus rodillas. Si los ganglios se sienten como uvas rígidas en vez de frijoles móviles, hay una infección activa.
En zonas cálidas de Ecuador, revisa axilas y entre los dedos. Busca garrapatas o bultos nuevos. Si el bulto crece, llévalo al veterinario.
Presiona suave tras las costillas. Si se pone rígido o gime, hay dolor interno grave. Un abdomen blando y flexible es señal de salud.
Si el abdomen está duro y tu mascota intenta vomitar sin éxito, es una torsión gástrica. Tienes minutos para llegar a emergencias.
El pavimento quema almohadillas. Revisa cortes y el largo de las uñas. Uñas muy largas alteran su postura y causan dolor articular.
El paracetamol humano es veneno para ellos. Si detectas algo inusual, toma una foto, mide el bulto y consulta a un profesional.
Es una conexión vital. Al dedicar 10 minutos semanales, dejas de ser un observador y te vuelves el primer defensor de su salud.
Mira la guía táctica completa y descarga tu lista de chequeo semanal para mascotas.