A solo 50 km/h, un perro de 20 kg se convierte en una masa de 500 kg volando por el habitáculo. Su vida y la de él dependen de la física.
Según Newton, su perro seguirá moviéndose a la velocidad del carro incluso si usted frena en seco. Sin sujeción real, nada lo detiene hasta el impacto.
En Colombia, muchas marcas usan esta etiqueta sin estándares reales. La seguridad se mide en resistencia a la tracción y costuras reforzadas, no en empaques bonitos.
El zinc fundido se fractura bajo tensión súbita. Para las vías colombianas, busque acero inoxidable o aluminio aeronáutico. Un herraje roto es un sistema inútil.
Usar correas largas enganchadas al cinturón es desastroso. Entre más espacio recorra el perro antes de que la correa se tense, mayor será el impacto final.
Un buen arnés distribuye la fuerza sobre las costillas y el tórax, no sobre el cuello. Nunca enganche un cinturón de seguridad directamente al collar.
En ingeniería, el guacal es como el habitáculo de un piloto. Si es de doble pared o aluminio, minimiza el 'recorrido de vuelo' de su mascota.
No use las argollas de plástico del baúl; no están diseñadas para cargas dinámicas. Use siempre los puntos de sujeción metálicos del chasis.
Las bolsas de aire salvan humanos pero pueden ser letales para perros. Nunca los lleve en el asiento delantero; el despliegue es una fuerza masiva.
La Ley 769 prohíbe llevar animales que distraigan o afecten la visibilidad. Evite multas y accidentes en trayectos como la Vía al Mar o La Línea.
Un arnés flojo permite que el perro se deslice fuera en un choque lateral. Ajuste siempre hasta que solo quepan dos dedos entre el equipo y su piel.
Proteger a su perro en la carretera no se trata de que vaya 'cómodo' durmiendo, sino de gestionar fuerzas cinéticas que pueden ser mortales para todos.
Obtenga la guía completa de seguridad técnica y los estándares de certificación que salvan vidas.