Un arnés mal ajustado altera la marcha de su perro y puede causar artritis. No deje que el equipo arruine su salud.
Mire a su perro de frente. El arnés ideal debe formar una 'Y' perfecta. Si ve una línea horizontal cruzando el pecho, está bloqueando sus hombros y limitando su zancada natural.
Los hombros de su perro necesitan rotar sin obstáculos. Un ajuste correcto deja el hueso del hombro libre para que pueda correr sin dolor en el Parque Arví o en su barrio.
¿Está muy apretado? Usted debe poder deslizar dos dedos cómodamente entre cualquier correa y el cuerpo del animal. Ni más, ni menos.
Un 'Criollo' colombiano tiene medidas únicas. No se fíe del S, M o L. Mida siempre la base del cuello y la parte más ancha del tórax antes de comprar.
Deje al menos tres dedos de espacio entre la pata delantera y la correa del pecho. El roce constante en esa zona sensible causa llagas dolorosas bajo el sol.
La unión de las correas frontales debe reposar exactamente sobre el hueso del pecho. Si queda muy arriba, presionará la tráquea y hará que su perro tosa.
No basta con verlo quieto. Camine con él y observe: si el arnés baila hacia los lados o golpea su columna al trotar, necesita reajustar las correas de inmediato.
¿Tiene un perro escapista? En lugares como el Parque de la 93, un arnés flojo es un riesgo. Verifique que no pueda sacar las patas delanteras hacia atrás.
En ciudades con humedad o lluvia constante, elija neopreno o mallas transpirables. Los materiales rígidos se vuelven lija cuando se mojan y lastiman la piel.
El peso de su perro fluctúa y las correas ceden con el tiempo. Tómese un minuto cada domingo para revisar que el ajuste siga siendo perfecto.
Un arnés bien ajustado no es para que no tire, es para que su cuerpo funcione bien. Proteja sus articulaciones hoy y tendrá un perro activo por muchos años más.
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