A 50 km/h, un perro de 20 kg impacta con la fuerza de 600 kg. Tu arnés actual podría fallar ante la Primera Ley de Newton.
Cuando frenas en seco, tu perro no se detiene contigo. Seguirá volando hacia adelante a la misma velocidad que iba el auto hasta que algo lo detenga violentamente.
Un perro mediano de 20 kg se convierte en una masa de más de media tonelada en un choque común. ¿Crees que un broche de plástico de supermercado resistirá eso?
Las costuras de un arnés normal están diseñadas para caminatas, no para impactos. En un accidente, se desintegran al instante, dejando a tu mascota sin protección.
Si amarras a tu perro de un solo punto largo, su cuerpo girará con violencia. Esa torsión lateral puede causar fracturas espinales devastadoras.
En Chile sobran opciones baratas, pero necesitas herrajes de acero con calificación de escalada que soporten al menos 900 kg de tracción real.
Los mejores arneses permiten que el cinturón del auto pase directamente por su base. Así aprovechas el pretensor del vehículo para reducir el desplazamiento.
La Ley 18.290 prohíbe llevar mascotas adelante. Pero no lo hagas por la multa; hazlo porque las bolsas de aire están diseñadas para humanos y pueden matar a un perro.
Si la marca no publica el video real de su prueba de choque con dummies, no confíes. Los estándares de ingeniería exigen transparencia total.
Para perros pequeños en transportadora, el lugar más estable es el suelo tras los asientos delanteros. Es el espacio que menos se deforma en un impacto.
No uses las anillas plásticas de la maleta. Usa los puntos de anclaje del chasis con correas de carga para que la transportadora no se convierta en un proyectil.
La seguridad canina no se trata de estética, sino de gestionar energía cinética. Un buen arnés distribuye la fuerza en el tórax y hombros, protegiendo los órganos vitales.
¿Tu equipo actual resistiría un impacto en la carretera? Revisa nuestra guía técnica de seguridad vial canina.