Forzarlo a saludar a cada perro en la plaza está destruyendo su calma. Aprende el secreto de la neutralidad ahora mismo.
Creemos que saludar a todos en el Paseo Ahumada es socializar. Error. Eso solo le enseña a tu perro a estar en hiperalerta y esperar interacción constante.
Permitir saludos con correa tirante genera una expectativa explosiva. Cuando no pueda saludar, esa emoción se convertirá en frustración y ladridos.
Imagina estar en la fila del Banco Estado sin tener que hablar con todos. Tu perro debe poder hacer lo mismo: observar sin necesidad de intervenir.
Si tu perro se congela al ver a otro en el Parque Bicentenario, estás muy cerca. Retrocede hasta que él pueda volver a conectar contigo.
Deja que mire la distracción 2 segundos. En cuanto mueva la mirada por sí mismo hacia ti, ¡premia! Estás reforzando su elección de ignorar el caos.
Ignorar es más difícil que saludar. Cada vez que tu mascota pasa junto a un perro callejero sin reaccionar, está ganando una batalla de autocontrol.
Si ya está ladrando, el castigo solo confirma que el entorno es peligroso. Aumenta la distancia de inmediato; tu perro ya superó su límite.
¿Viene un perro suelto hacia ustedes? No esperes al conflicto. Gira 180 grados y camina en dirección opuesta con paso firme y tranquilo.
En Chile, una cinta amarilla avisa a otros: "Mi perro necesita espacio". Úsala para evitar que extraños se acerquen sin preguntar mientras entrenas.
En una terraza en Lastarria, el premio debe ser mejor que la distracción. Si rechaza el pollo o el queso, el nivel de estrés es demasiado alto para él.
Socializar no es coleccionar amigos caninos, es aprender a vivir en el mundo sin ansiedad. Un perro neutral es un perro que realmente disfruta sus paseos.
Lee el protocolo completo y descubre cómo transformar la reactividad de tu perro en calma absoluta.