No es un capricho. Es una ventana biológica que podría marcar su personalidad para siempre si reaccionas mal.
Entre las 8 y 11 semanas, el cerebro de tu perro procesa las amenazas de forma exagerada. Un susto hoy puede ser una fobia de por vida.
Hay un segundo periodo en la adolescencia (6-14 meses). Si de pronto le teme a la micro en la Alameda, es su biología hablando.
En gatitos, esta fase es flash: ocurre entre la semana 2 y la 9. Es su momento más crítico para conocer el mundo.
¿Bosteza mucho o se lame los labios sin haber comido? Tu perro te dice que está estresado, no que tiene sueño.
Obligarlo a acercarse a lo que lo asusta solo empeora el trauma. Dale espacio para observar desde una distancia segura.
Al consolarlo con angustia o tomarlo en brazos frenéticamente, confirmas que sí hay un peligro real. ¡Mantén la calma!
Si se asusta, ríe suavemente o juega con su pelota. Si tú estás feliz, su cerebro entiende que no hay riesgo real.
Usa premios de alta calidad, como pollito cocido, para que asocie ese ruido de la calle con algo positivo y delicioso.
¿Aún no tiene todas sus vacunas? Llévalo en brazos o en mochila. Que vea el mundo sin tocar el suelo de la plaza.
Si el miedo no pasa en 2 semanas o deja de comer por estrés, busca a un etólogo clínico del Colmevet. No esperes.
Tu mascota no está siendo difícil; su cerebro está en remodelación. Tu calma hoy construye su valentía de mañana. Sé su guía.
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