Un arnés mal ajustado puede dañar sus hombros para siempre. No es solo evitar que escape, es cuidar su salud.
Esa banda horizontal que cruza el pecho bloquea la escápula. Si su mascota no puede estirar la pata libremente, su espalda pagará el precio en cada subida al San Cristóbal.
Miren a su perro de frente. Las correas deben dibujar una 'Y' sobre su esternón. Esto deja los hombros libres para rotar naturalmente, sin roces ni frenos mecánicos.
No compren por peso. Midan la base del cuello, el tórax y el largo del esternón. En Chile, el error más común es ignorar la profundidad del pecho al elegir la talla.
Dejen al menos 4 dedos de espacio entre la pata delantera y la correa abdominal. Si queda pegado a la axila, el roce causará llagas dolorosas tras un paseo largo.
La correa debe apoyarse siempre sobre las costillas. Si queda muy atrás, un tirón fuerte podría presionar órganos internos. La seguridad también es estructural.
¿Entran tres dedos? Está muy suelto y se va a escapar. ¿Apenas entra uno? Lo está asfixiando. Dos dedos es el ajuste perfecto para garantizar estabilidad y confort.
Desde el calor seco de Santiago hasta la humedad de Valdivia, revisen la piel siempre. El sudor bajo una hebilla mal puesta es la receta ideal para la dermatitis.
No aprieten más las correas. Para perros 'escapistas' como los galgos o mestizos ágiles, usen un arnés de 3 puntos. La tercera correa en la cintura hace el escape imposible.
¿Se queda congelado al verlo? ¿Camina tieso? No es porfiado, es que le duele. Un arnés bien ajustado debe sentirse como una segunda piel, no como una armadura.
Los cachorros crecen por semana. Lo que ayer le quedaba bien, hoy le aprieta. Revisen el ajuste cada domingo antes de salir a jugar.
El arnés no es para 'afirmarlo', es una herramienta biomecánica que protege su esqueleto. Si respetan sus hombros hoy, evitarán lesiones crónicas mañana.
Vean la guía completa con medidas exactas y consejos para elegir el mejor equipo en Chile.