No lo elijas por una foto. Un error acá y terminás con el sillón destrozado y mucha culpa. Descubrí si tu rutina aguanta un perro.
¿Te imaginás corriendo por la Costanera todas las mañanas? Si hoy no lo hacés, no lo vas a empezar a hacer solo porque tenés un perro. Sé honesto con vos mismo.
Restá tus horas de oficina, el viaje y el gimnasio. Lo que queda es el tiempo REAL que tenés. No cuentes horas que hoy no existen en tu agenda.
Hay perros que corren 10km y siguen con energía. Necesitan 'trabajo' mental. Un perro físicamente cansado pero mentalmente ansioso va a romper todo.
Anotá tu rutina semanal. Si al final te quedan menos de 2 horas diarias de dedicación activa, un cachorro de alta energía te va a arruinar la vida.
En verano, de 10 a 18 no se puede pasear. ¿Tu agenda te permite salir muy temprano o de noche? Si no, el perro va a vivir encerrado y estresado.
¿Pasás 9 horas afuera? Vas a necesitar un paseador de confianza. Calculá ese gasto mensual en pesos antes de adoptar. Su libertad tiene un costo.
No es imposible, pero el departamento debe ser solo para dormir. Si no tenés plazas cerca, el estrés del perro se va a convertir en el tuyo.
Edificio ruidoso + perro guardián = denuncias seguras. Si vivís en una zona de mucho tránsito, buscá una raza que no sea propensa a ladrar por todo.
Si tu auditoría da poco tiempo, un perro adulto o viejo ya sabe relajarse. Menos muebles mordidos y más compañía real para tus mates.
Si ya tenés un perro inquieto, usá alfombras de olfato. Transformar la comida en un desafío mental cansa más que una vuelta a la manzana.
Elegir mascota no es un deseo estético, es un compromiso con tu agenda real. Tu perro ideal no es el más lindo de la plaza, es el que mejor encaja en tus 24 horas.
Descargá la guía de auditoría y conocé qué razas y edades se adaptan de verdad a tu ritmo de vida actual.