Si al llegar a la mitad de la bolsa todo empeoró, no sigas mezclando. Tu mascota necesita un reset urgente para sanar su panza.
Las marcas sugieren una semana para que compres más rápido, pero el intestino de tu perro no lee el reloj. Cada bicho es un mundo y tiene su propio ritmo biológico.
Adentro de su panza hay billones de bacterias que fermentan la comida. Si el cambio es muy brusco, se produce un caos digestivo y disbiosis.
Es el error más común: cuando las heces se ponen blandas a mitad de la transición, muchos siguen avanzando. ¡Frená ahí mismo antes de que sea tarde!
¿Viste que está flojo de vientre? Quedate en esa proporción por 3 días más. Dale tiempo a sus enzimas para que se acostumbren a la nueva fórmula.
Si la diarrea es líquida o escuchás ruidos fuertes en su panza, suspendé el balanceado por 24 horas. Es hora de limpiar el sistema por completo.
Nada de condimentos. Pollo hervido y zapallo bien pisado. Esta dieta blanda argentina es el bálsamo que su colon inflamado necesita para recuperarse.
No le des tu yogur. En Argentina hay opciones veterinarias con cepas específicas que cortan la diarrea mucho más rápido que los productos humanos.
Si pasaste de pollo a cordero, o de un alimento económico a uno premium con mucha más grasa, su páncreas puede estar protestando por el cambio.
Para los más sensibles, sumá solo un 10% del alimento nuevo cada 2 días. Es un proceso lento, pero te ahorrás limpiar el piso cada una hora.
Si ves sangre, si vomita o si está muy decaído, no esperes más. Consultá a tu veterinario de confianza de inmediato para descartar algo grave.
El éxito del cambio no depende de la marca, sino de tu paciencia para escuchar lo que la panza de tu mascota te está diciendo hoy. Respetar sus tiempos es el mejor acto de amor.
Leé la guía completa para resetear su digestión y descargá el calendario de 21 días para estómagos sensibles.