Elegir el mejor alimento balanceado para tu perro o gato en Argentina puede ser un desafío abrumador frente a góndolas repletas de promesas. La mayoría de los tutores de mascotas han aprendido un mantra básico: 'la carne debe ser el primer ingrediente'. Sin embargo, esta regla de oro es frecuentemente manipulada por los fabricantes mediante una táctica conocida como división de ingredientes. Esta práctica permite que componentes de menor valor nutricional, como el maíz o el trigo, se oculten bajo diferentes nombres para que la proteína animal parezca ser el componente principal cuando, en realidad, podría no serlo. En este artículo, vamos a desglosar cómo funciona esta estrategia de marketing y te daremos las herramientas para que puedas ver más allá de la publicidad, asegurando que tu compañero reciba la nutrición de alta calidad que realmente merece.
¿Qué es la división de ingredientes y cómo funciona?
La división de ingredientes, también conocida como fragmentación, es una técnica de etiquetado donde un solo ingrediente de baja calidad se descompone en varios subcomponentes más pequeños. En Argentina, es muy común ver esto con cereales como el maíz o la soja. Al listar 'maíz molido', 'harina de gluten de maíz' y 'harina de maíz' por separado, el peso de cada uno individualmente disminuye. Esto permite que un ingrediente como el 'pollo', que se pesa antes de ser procesado y deshidratado, suba artificialmente al primer puesto de la lista.
El sistema de etiquetado exige que los ingredientes se ordenen por peso de mayor a menor. Si sumaras todos los fragmentos del maíz, es muy probable que el peso total superara ampliamente al de la carne. Esta táctica no es ilegal, pero es altamente engañosa para el consumidor que busca calidad. Para detectar esto, debés observar los primeros cinco ingredientes de la bolsa. Si tres de ellos son derivados del mismo grano, estás ante un caso claro de fragmentación. Es fundamental entender que el orden en la etiqueta refleja el peso antes de la cocción, un detalle técnico que las marcas aprovechan para mejorar su imagen sin mejorar la receta.

La trampa del peso del agua en la carne fresca
Otro factor crucial para entender el mito del 'primer ingrediente carne' es el contenido de humedad. Cuando leés 'carne de vaca' o 'pollo' como primer ingrediente, ese peso incluye aproximadamente un 75% de agua. Durante el proceso de extrusión para crear la croqueta o 'kibble', la mayor parte de esa agua se evapora. Lo que queda es una cantidad mucho menor de proteína real de la que la etiqueta sugiere inicialmente.
Por el contrario, los ingredientes secos como las harinas de cereales o incluso las harinas de carne (como 'harina de vísceras de pollo') ya vienen deshidratados. Si comparáramos el peso real de los nutrientes secos una vez terminado el proceso, notaríamos que los granos fragmentados suelen dominar la composición nutricional. En el mercado argentino, muchas marcas premium destacan la carne fresca en sus anuncios, pero al aplicar la lógica de la deshidratación y sumar los ingredientes divididos, la realidad nutricional suele ser muy distinta a la percepción del marketing. No se trata de que la carne sea mala, sino de entender cuánta queda realmente en el plato de tu perro.

Cómo sumar los ingredientes en el supermercado
Para ser un comprador inteligente en Argentina, necesitás aprender a hacer una 'suma mental' rápida mientras estás en la veterinaria o el pet shop. Supongamos que ves una etiqueta con los siguientes ingredientes: 1. Pollo, 2. Arroz integral, 3. Harina de arroz, 4. Proteína de arroz. Individualmente, el pollo pesa más que cualquiera de los tipos de arroz. Pero si sumás el arroz integral, la harina y la proteína, el arroz se convierte indiscutiblemente en el ingrediente número uno.
Esta técnica es especialmente común en alimentos que se promocionan como 'saludables' o 'naturales'. Al identificar estas redundancias, podés evaluar si el precio que estás pagando por ese alimento realmente se justifica por su contenido proteico o si estás pagando precio de carne por un producto basado mayoritariamente en carbohidratos. Buscá etiquetas que sean transparentes y que no intenten disfrazar los rellenos. Una buena señal es cuando la fuente de proteína se especifica claramente (por ejemplo, 'harina de cordero' en lugar de 'harina de carne') y los acompañantes no aparecen fragmentados en múltiples variantes similares.

Problemas comunes: Qué hacer cuando la etiqueta es vaga
En Argentina, el organismo encargado de regular esto es el SENASA, pero las normativas de etiquetado a veces permiten cierta vaguedad que las marcas aprovechan. Si encontrás términos como 'Cereales' (en plural y sin especificar cuáles) o 'Subproductos de origen vegetal', estás ante una falta de transparencia total. Esto no solo dificulta detectar la división de ingredientes, sino que también es peligroso para mascotas con alergias alimentarias.
Si notás que tu perro tiene heces muy voluminosas, gases frecuentes o falta de brillo en el pelaje, es probable que el alimento tenga más rellenos de los que aparenta. En estos casos, aunque la carne figure primero, la baja digestibilidad de los ingredientes divididos está afectando su salud. Si la etiqueta es demasiado confusa y no especifica los porcentajes ni los nombres claros de los granos, lo mejor es cambiar a una marca que sea más explícita en su formulación. La transparencia es la mayor señal de calidad que un fabricante puede ofrecer a los tutores responsables.

Cuándo buscar asesoramiento profesional
Aunque aprender a leer etiquetas es un gran paso, la nutrición animal es compleja y cada mascota es única. Factores como la edad, el nivel de actividad y condiciones médicas preexistentes (como problemas renales o alergias) pueden requerir un enfoque diferente. Si después de intentar analizar las etiquetas seguís teniendo dudas, o si tu mascota presenta síntomas de malestar digestivo crónico, es el momento de consultar a un veterinario o a un nutricionista animal certificado.
En Argentina, hay profesionales especializados que pueden ayudarte a formular dietas mixtas o a elegir el balanceado comercial que mejor se adapte a tu presupuesto y a las necesidades biológicas de tu animal. No confíes ciegamente en las recomendaciones de los grupos de redes sociales; la salud nutricional debe basarse en evidencia y en el análisis técnico de lo que realmente entra en el organismo de tu perro o gato. Un profesional podrá explicarte por qué ciertos 'rellenos' son necesarios en su justa medida y cómo evitar las trampas de marketing más sofisticadas del mercado local.
Preguntas frecuentes
¿Es siempre malo que haya cereales en el alimento?
No necesariamente. Los cereales cocidos adecuadamente pueden ser una fuente de energía y fibra. El problema no es su presencia, sino el uso de la división de ingredientes para engañar al consumidor sobre la cantidad real de carne frente a los rellenos baratos.
¿Cómo puedo saber el porcentaje real de carne?
La mayoría de las marcas en Argentina no listan porcentajes exactos. Sin embargo, podés contactar al fabricante y preguntar por el 'análisis garantizado' y el porcentaje de inclusión de proteína animal. Las marcas de alta calidad suelen proveer esta información sin problemas.
¿Por qué las marcas dividen los ingredientes?
Principalmente por una cuestión de percepción de marketing. Saben que los dueños buscan 'carne como primer ingrediente', así que fragmentan los granos para que cada uno pese menos que la carne, logrando que esta suba al primer puesto de la lista legalmente.
¿La harina de carne es mejor que la carne fresca en la etiqueta?
Nutricionalmente, la harina de carne es una fuente concentrada de proteína sin el peso del agua. Si una harina de alta calidad (especificada, como 'harina de pollo') aparece primero, a veces es más honesto y nutritivo que 'pollo fresco' que se encoge durante el proceso.
Conclusión
Dominar el arte de leer etiquetas es una de las habilidades más importantes que podés desarrollar como tutor de una mascota en Argentina. La división de ingredientes es solo una de las tantas tácticas que utiliza la industria para priorizar los márgenes de ganancia sobre la salud animal. Recordá siempre sumar mentalmente los derivados de un mismo componente y no dejarte deslumbrar por el primer ingrediente si está rodeado de fragmentos de cereales. Tu mejor herramienta es la observación: mirá la etiqueta, pero también mirá a tu mascota. Un perro con energía, buen pelaje y digestión regular es el mejor indicador de que su alimento es de calidad. Ante cualquier duda persistente, la consulta con un veterinario nutricionista será siempre la inversión más inteligente para asegurar una vida larga y saludable para tu compañero.
Referencias y fuentes
Este artículo fue investigado utilizando las siguientes fuentes:

