Alimentar a un perro o un gato parece sencillo: basta con mirar el reverso de la bolsa de alimento y servir los gramos indicados. Sin embargo, esta práctica es una de las principales causas de obesidad en las mascotas argentinas. Las tablas impresas en los envases son estimaciones genéricas que no consideran el metabolismo individual, el nivel de actividad ni el estado reproductivo de tu compañero. Para tomar el control real de la salud de tu mascota, es fundamental conocer y aplicar el Requerimiento Energético en Reposo (RER). Este cálculo matemático, utilizado por veterinarios en todo el mundo, te permite determinar cuántas calorías necesita realmente tu animal para mantener sus funciones vitales básicas. En esta guía detallada, te enseñaremos a dominar la matemática de la nutrición animal para que puedas ajustar las porciones de manera profesional y científica.
El problema de las guías de alimentación comerciales
Cuando comprás una bolsa de alimento de marcas comunes en Argentina, como Royal Canin, Purina o incluso opciones locales como Sieger, notarás una tabla que sugiere porciones basadas únicamente en el peso. El gran inconveniente es que estas tablas están diseñadas para el 'promedio', pero los perros y gatos reales rara vez son promedio. Un perro que corre todas las mañanas por los bosques de Palermo no tiene las mismas necesidades calóricas que uno que pasa el día en un departamento en Recoleta.
Estas guías comerciales suelen sobreestimar las calorías necesarias entre un 10% y un 20% para asegurar que ningún animal sufra deficiencias, lo que inadvertidamente fomenta el sobrepeso. Además, no distinguen entre un animal castrado (cuyo metabolismo es más lento) y uno entero. Al confiar ciegamente en la bolsa, podrías estar sobrealimentando a tu mascota sin darte cuenta, lo que a largo plazo deriva en problemas articulares, diabetes y una menor esperanza de vida. Entender que cada gramo cuenta es el primer paso para una tenencia responsable.

¿Qué es el Requerimiento Energético en Reposo (RER)?
El Requerimiento Energético en Reposo (RER) representa la cantidad de energía (calorías) que el cuerpo de tu mascota quema simplemente por existir, sin contar el ejercicio o la digestión. Es el combustible necesario para que el corazón lata, los pulmones respiren y el cerebro funcione mientras el animal está en total calma. Es la base sobre la cual se construyen todos los planes nutricionales veterinarios serios.
La fórmula estándar reconocida internacionalmente es: RER = 70 × (peso corporal en kg)^0.75. Aunque parezca compleja por el exponente, es la forma más precisa de calcular el metabolismo basal, ya que el gasto energético no aumenta de forma lineal con el peso; un perro de 40 kg no gasta exactamente el doble que uno de 20 kg. En Argentina, donde la obesidad canina y felina está en aumento, aplicar esta fórmula permite a los propietarios ajustar la dieta de forma mucho más fina que con el método de 'ojímetro' o tazas medidoras imprecisas.

Del RER al MER: Ajustando según la vida real
Una vez que tenés el RER, no podés quedarte ahí. Esa cifra es solo el punto de partida. Para obtener el Requerimiento Energético de Mantenimiento (MER), debemos multiplicar el RER por un 'factor de ajuste' que depende de la etapa de vida y la actividad. Por ejemplo, un perro adulto castrado suele multiplicarse por un factor de 1.6, mientras que un perro muy activo o de trabajo podría necesitar un factor de 2.0 o más.
En el caso de los gatos, estos factores suelen ser más bajos, ya que su metabolismo es particularmente eficiente (o 'ahorrativo'). Si vivís en una zona fría de Argentina, como Bariloche, tu mascota podría necesitar un factor más alto durante el invierno para mantener su temperatura corporal. Por el contrario, un perro senior con movilidad reducida debería usar un factor más cercano al 1.2 o 1.4. Identificar correctamente este factor es lo que diferencia una dieta de mantenimiento exitosa de una que genera acumulación de grasa abdominal.

Cómo hacer el cálculo matemático paso a paso
No necesitás ser un experto en álgebra para calcular las calorías de tu mascota, solo una calculadora científica (o la del celular). Tomemos como ejemplo un Bulldog Francés de 10 kg en Buenos Aires que está castrado y tiene una actividad moderada.
- Calculá el peso metabólico: Elevá 10 a la potencia de 0.75 (10^0.75 = 5.62).
- Multiplicá por 70: 70 x 5.62 = 393.4. Este es su RER (calorías base).
- Aplicá el factor MER: Siendo adulto castrado, usamos 1.6. Entonces: 393.4 x 1.6 = 629 calorías por día.
Finalmente, debés mirar tu bolsa de alimento para ver cuántas kilocalorías (kcal) tiene por kilogramo. Si el alimento tiene 3500 kcal/kg, dividís 629 por 3500 y obtenés 0.179 kg, es decir, 179 gramos por día. Usar una balanza de cocina digital es crucial aquí; las tazas medidoras pueden variar hasta un 20% dependiendo de cómo se llene el grano, lo cual en un perro chico es la diferencia entre estar en forma o tener sobrepeso.

Solución de problemas: ¿Qué hacer si no hay resultados?
A pesar de seguir la matemática, a veces los resultados no son los esperados. Si tu mascota sigue subiendo de peso o no baja a pesar de los cálculos, lo primero es auditar los 'extras'. Los premios, el pedacito de asado del domingo o el pan que le da el abuelo pueden sumar cientos de calorías no contabilizadas. En la cultura argentina, compartir comida es común, pero para un perro de 5 kg, una galletita de agua equivale calóricamente a una hamburguesa completa para un humano.
Si los extras están controlados y el peso no cede, es momento de revisar el Factor de Ajuste. Bajá el multiplicador (por ejemplo, de 1.6 a 1.4) y mantenelo por dos semanas. También es vital descartar problemas médicos como el hipotiroidismo en perros o problemas de glucosa en gatos. Si notás que tu mascota parece hambrienta constantemente con la porción calculada, podés consultar con tu veterinario sobre alimentos con mayor contenido de fibra que brinden saciedad sin sumar calorías innecesarias.

La importancia de la Condición Corporal (BCS)
Los números son importantes, pero la respuesta física de tu mascota es la verdad absoluta. Los veterinarios utilizamos la Escala de Condición Corporal (BCS por sus siglas en inglés), que va del 1 al 9. Un puntaje de 4 o 5 es el ideal: deberías poder sentir las costillas de tu perro o gato con un toque ligero, pero no verlas a simple vista, y debería tener una 'cintura' clara vista desde arriba.
Debés ajustar el RER según los cambios en esta escala. Si tu mascota llega a un 6 o 7 (sobrepeso), recalculá inmediatamente usando un factor de mantenimiento menor. No te dejes guiar solo por el peso en la balanza, ya que la pérdida de grasa y ganancia de músculo pueden mantener el peso igual pero mejorar drásticamente la salud. Monitorear visualmente a tu mascota una vez por semana es la mejor forma de prevenir que pequeños desajustes se conviertan en obesidad mórbida.

Preguntas frecuentes
¿El cálculo del RER es igual para perros que para gatos?
La fórmula base (70 x peso^0.75) es la misma para ambos. Sin embargo, los factores de ajuste para llegar al MER son diferentes. Los gatos suelen tener factores más bajos (entre 1.0 y 1.4) debido a su metabolismo sedentario en interiores, mientras que los perros varían más según su actividad.
¿Cada cuánto debo recalcular las calorías de mi mascota?
Lo ideal es hacerlo cada vez que ocurra un cambio significativo: cambio de marca de alimento, después de la castración, al pasar de cachorro a adulto, o si notas cambios en su Condición Corporal. Como mínimo, revisá los cálculos cada 6 meses.
¿Puedo usar una taza medidora en lugar de una balanza?
No se recomienda si buscás precisión. Estudios demuestran que las tazas medidoras tienen un margen de error enorme. Para un control de peso efectivo en Argentina, lo mejor es usar una balanza de cocina y medir la ración en gramos.
Conclusión
Dominar el cálculo del Requerimiento Energético en Reposo (RER) es una de las herramientas más poderosas que tenés como dueño de una mascota. Te permite trascender las recomendaciones genéricas de las bolsas de alimento y ofrecer una nutrición personalizada que se adapta a la realidad de tu hogar en Argentina. Recordá que este proceso es dinámico: la matemática nos da una base científica, pero la observación diaria de la condición corporal de tu mascota nos da la respuesta final. Siempre que realices cambios drásticos en la dieta o si tu mascota presenta dificultades para mantener un peso saludable a pesar de los cálculos correctos, consultá con tu veterinario de confianza. Una mascota con su peso ideal no solo vive más años, sino que disfruta de una calidad de vida significativamente superior.
Referencias y fuentes
Este artículo fue investigado utilizando las siguientes fuentes:

